Semana Santa en el Deltebre
Sole, Mariona y Flor de camping al Delta del río Ebro!.
Partimos en tren y bici, cargadas como equeco, después de una agitada mañana de búsqueda del equipamiento necesario.
Llegamos en tren con las mochilas llenas y bicicleta en mano a unos 20 kilómetros del camping y nos pusimos a pedalear.... y pedalear, pedalear... sin parar!
Viernes de procesión, de pagar las mandas y pecados del año...
y cuando llevábamos la mitad del camino recorrido, en unas tres horas de pedaleo y el asiento de la bici transformándose en una nueva extremidad... apareció nuestro salvador! Maxím, un camionero ruso que nos llevó hasta la puerta del camping "L'Aube" en Riumar, Deltebre.
Nos instalamos en el único rincón que quedaba disponible y descansamos el largo día.
El camping me encanta, te hace recurrir al ingenio dada la precariedad de nuestras instalaciones. Lo mejor fue que sin decirnos nada, cada una llevó lo que pensaba iba a ser necesario, y nos complementamos muy bien!
Sábado, pasear en bici por la playa y el río, recorrer el paisaje precioso, blanquecino, muy luminoso, lleno de aves acuáticas, flamencos, patos..
(Un pequeño paréntesis para referirme a las deliciosas comidas que nos preparamos, realmente disfrutamos de cada momento.)
El domingo muy temprano partimos en bus hasta el tren y luego a Tarragona, un balneario muy bonito, que tiene un coliseo romano increíble. Playita, recorrer un poco para finalmente tomar el tren de regreso, que por supuesto iba lleno!
gente + bicis+ mochilas= :-(
Bonus track: debo decir que me pegue un par de costalazos espectaculares, dignos de un acróbata, tal vez más cercano a un chascarro de video loco.
Lo mejor de todo fue que llegamos de vuelta energéticas y renovadas, totalmente resucitadas. Además me reencontré con la Sole, y conocí a una nueva amiga, Mariona. Algo muy especial sucedió entre nosotras, después de aperrar y convivir en la simpleza de nuestro chalet.
Un beso a las dos!
Partimos en tren y bici, cargadas como equeco, después de una agitada mañana de búsqueda del equipamiento necesario.
Llegamos en tren con las mochilas llenas y bicicleta en mano a unos 20 kilómetros del camping y nos pusimos a pedalear.... y pedalear, pedalear... sin parar!
Viernes de procesión, de pagar las mandas y pecados del año...
y cuando llevábamos la mitad del camino recorrido, en unas tres horas de pedaleo y el asiento de la bici transformándose en una nueva extremidad... apareció nuestro salvador! Maxím, un camionero ruso que nos llevó hasta la puerta del camping "L'Aube" en Riumar, Deltebre.
Nos instalamos en el único rincón que quedaba disponible y descansamos el largo día.
El camping me encanta, te hace recurrir al ingenio dada la precariedad de nuestras instalaciones. Lo mejor fue que sin decirnos nada, cada una llevó lo que pensaba iba a ser necesario, y nos complementamos muy bien!
Sábado, pasear en bici por la playa y el río, recorrer el paisaje precioso, blanquecino, muy luminoso, lleno de aves acuáticas, flamencos, patos..
(Un pequeño paréntesis para referirme a las deliciosas comidas que nos preparamos, realmente disfrutamos de cada momento.)
El domingo muy temprano partimos en bus hasta el tren y luego a Tarragona, un balneario muy bonito, que tiene un coliseo romano increíble. Playita, recorrer un poco para finalmente tomar el tren de regreso, que por supuesto iba lleno!
gente + bicis+ mochilas= :-(
Bonus track: debo decir que me pegue un par de costalazos espectaculares, dignos de un acróbata, tal vez más cercano a un chascarro de video loco.
Lo mejor de todo fue que llegamos de vuelta energéticas y renovadas, totalmente resucitadas. Además me reencontré con la Sole, y conocí a una nueva amiga, Mariona. Algo muy especial sucedió entre nosotras, después de aperrar y convivir en la simpleza de nuestro chalet.
Un beso a las dos!
1 Comments:
At 9:43 p. m., Anónimo said…
Florcita de ciutat
me alegro que lo hayas pasado chancho en la chemana chanta!!!
lu
Publicar un comentario
<< Home