Es muy curioso el fenómeno "chilenos en Barcelona". Ya en Chile me advirtieron un millón de veces que esta ciudad está llena de chilenos. Asi que me vine muy tranquila sabiendo que iba a ser una más.
Lo increible es darse cuenta de esa realidad. Desde que llegué he conocido muchos amigos nuevos, la mayoría chilenos, y no es para nada una queja ni algo por el estilo. Al contrario, me he sentido acogida y muy "en casa". De hecho mi edificio esta literalmente tomado por chilenos, y el circulo de apoco se empieza a agrandar, porque tu amigo es amigo de muchos amigos chilenos, y resulta al final que somos ... todos amigos poh weon.
Porque la familiaridad lingüistica a larga es muy cómoda, los códigos... y tu cachai a no se quién, ah si yo salí con su hermana... a demás... y en que colegio estabai?
Y así, fácilmente uno se entretiene armando lazos.
No es que no me interese conocer otras personas digamos no-chilenas, porque de hecho hay muchísimas personas de todos los lugares inimaginables, y es es muy entretenido. Claro, entre los amigos que estoy conociendo en el master y los que uno se va topando, al final la mezcla es buenísima.
Creo que hasta el momento los más difíciles de encontrar son los propios catalanes, que ante esta orda de turismo, estudiantes, guiris (sean todo tipo de extranjeros nórdicos), latinos y bueno... chilenos, que tenemos esta ciudad como parque de diversiones, se repliegan más, hablan todo el tiempo en catalán, ntentando diferenciarse un poco, reconocerse. Aunque no puedo quejarme de ser excluida, por lo menos hasta ahora, de ninguna parte o conversación del momento.
En fin, soy una más, una nueva chilena que aparece y agradece la infinita paciencia de los españoles, que me han recibido muy bien. (a pesar de que muchas veces no entienden mi pésimo castellano, y se rien bastante de mis modismos que tengo terriblemente pegados)